Dopamina y serotonina: qué son y qué hacen
En el cerebro actúan millones de mensajeros químicos, pero pocos resultan tan conocidos como la dopamina y la serotonina. Ambas son neurotransmisores, es decir, moléculas que una neurona libera para “contarle” algo a la siguiente. Esa conversación química regula desde el latido del corazón hasta la forma en que reaccionamos cuando alguien nos abraza. La dopamina participa sobre todo en la motivación, la anticipación de recompensas y la coordinación del movimiento. La serotonina, en cambio, se asocia con la estabilidad emocional, el estado de ánimo y el reloj interno que marca sueño y apetito. Cuando estos sistemas funcionan en armonía, sentimos energía suficiente para actuar y, al mismo tiempo, una calma que permite disfrutar de lo logrado.
Diferencia entre dopamina y serotonina
Serotonina
Químicamente, la serotonina se sintetiza a partir del triptófano. Una vez liberada, contribuye a que el ánimo se mantenga estable, favorece un sueño de calidad y modula la sensación de saciedad. Niveles bajos se han vinculado con tristeza persistente, irritabilidad y dificultades para conciliar el descanso nocturno.
Dopamina
La dopamina nace de la tirosina y destaca por su papel en la circuitería de la recompensa: cuando terminamos un proyecto, ganamos un partido o comemos algo que nos encanta, se libera un pulso de dopamina que refuerza la conducta y nos anima a repetirla. También interviene en procesos motores; de hecho, la enfermedad de Parkinson aparece cuando las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra se deterioran.
Otros neurotransmisores
La adrenalina
Dispara la respuesta de “lucha o huida”, eleva la frecuencia cardíaca y dirige la sangre a los músculos.
La noradrenalina
Prima hermana de la anterior, mantiene la alerta y ayuda a enfocar la atención.
La endorfina
Actúa como analgésico natural; por eso, después de una carrera exigente, el cuerpo suele sentirse “ligero” pese al esfuerzo.
La oxitocina
Se libera en el contacto físico y favorece la confianza entre personas.
La melatonina
Regula el ciclo sueño-vigilia, ajustándose a la luz ambiental.
La relación entre la serotonina y la dopamina
Lejos de trabajar en compartimentos estancos, ambos sistemas se comunican. Cuando la dopamina sube de forma abrupta —por ejemplo, ante un premio inesperado— la serotonina puede descender de manera temporal, dejando la puerta abierta a una nueva búsqueda de recompensa. Ese “sube y baja” explica por qué lograr un objetivo da placer durante un rato, pero pronto necesitamos otro reto. Investigar esta interacción ayuda a comprender trastornos como la depresión, donde suele observarse un perfil con serotonina baja y dopamina irregular.
Serotonina y dopamina: cómo influyen en nuestro comportamiento
Cuando ambos neurotransmisores están equilibrados, facilitan conductas adaptativas: la dopamina impulsa a actuar y la serotonina “pone freno” para que la decisión sea ponderada.
¿La falta de serotonina o dopamina puede provocar depresión?
Los cuadros depresivos no se explican solo por química cerebral, pero sí se sabe que niveles bajos de serotonina se asocian a ánimo decaído y falta de placer, mientras que una dopamina escasa contribuye a la apatía y la pérdida de motivación.
El rol de la serotonina y la dopamina en las adicciones
Sustancias y comportamientos adictivos “secuestran” la vía dopaminérgica, generando descargas intensas y rápidas. Con el tiempo, el cerebro ajusta su sensibilidad y exige dosis mayores para sentir lo mismo; la serotonina puede caer, dificultando la regulación emocional.
Cómo aumentar la dopamina y la serotonina
Aunque la genética influye, las elecciones cotidianas marcan la diferencia.
Tomar alimentos que estimulan la producción de serotonina y dopamina
- Frutos secos y semillas: ricos en triptófano y tirosina.
- Chocolate negro: contiene feniletilamina y pequeños porcentajes de triptófano.
- Plátano, piña y aguacate: aportan precursores y vitaminas del grupo B.
- Pescado azul y huevos: combinación de aminoácidos esenciales y omega-3 que favorece la plasticidad neuronal.
Hacer ejercicio físico
Una caminata rápida de treinta minutos incrementa la liberación de serotonina y, al terminar, aparece el “refuerzo” dopaminérgico que motiva a mantener la rutina. El ejercicio aeróbico moderado muestra efectos comparables a fármacos antidepresivos en depresiones leves.
Pasar tiempo al aire libre
La luz solar estimula la síntesis de vitamina D, cofactor clave para producir serotonina. Quince minutos diarios de exposición —con la piel protegida— bastan para activar el circuito.
Escuchar música
Melodías que generan escalofríos placenteros elevan la dopamina en el cuerpo estriado. Además, el canto grupal eleva la oxitocina y favorece el vínculo social. Todas estas estrategias cuentan con evidencia compilada por National Geographic sobre “subidones” químicos naturales.
¿Qué pasa si no tengo dopamina y serotonina? Cuándo pedir ayuda
Sentirse sin energía, sin ilusión y con un ánimo triste durante semanas puede indicar que los niveles de estos neurotransmisores no están funcionando de forma óptima. Cambiar la alimentación o comenzar ejercicio puede mejorar la situación, pero a veces no resulta suficiente.
¿Cómo puedo saber si padezco depresión?
Señales como insomnio persistente, pérdida de interés en actividades habituales, pensamientos negativos sobre el futuro o sobre uno mismo, y alteraciones en el apetito merecen ser valoradas por profesionales de la salud mental. Una evaluación clínica permitirá descartar causas médicas y ofrecer tratamiento basado en evidencia, que puede incluir terapia psicológica, fármacos o ambos.