Testimonio de una paciente sobre violencia de género
“Hola: me llamo Alicia, en orden de nacimiento soy la número 6 de 9 hermanos entre varones y mujeres. La tercera mujer de la familia. Me gustaría que conozcan un poquito de mí, poder llegar a varios que pasaron o están pasando por lo que yo o algo parecido.
Todo comenzó cuando tenía 7 u 8 añitos, esto duró hasta los 12 años cuando tuve el valor de poner un freno a la situación. Estos años mencionados fui abusada por mi hermano mayor. Fueron años duros, tenía que guardar silencio, cuidarme como no podía dormir de noche, tener cuidado en qué lugar de la casa estar para no sentirme expuesta. Así pasaron los años en silencio.
Forme una familia con mis hijos, porque por la misma razón me separé del padre de ellos. Siguieron pasando los años hasta que después de 42 largos años de silencio decidí enfrentar a mi hermano. Con el mismo miedo de aquella niña que quedó encerrada en el cuerpo de una mujer, también el miedo a que negar a todos. Fue grande mi sorpresa cuando admitió haberlo hecho, no me lo esperaba.
En ese momento sentí que solo eso no me bastaba, quería que supiera que destruyó gran parte de mi vida, al año siguiente falleció.
Con el correr del tiempo me di cuenta de que no había sido solo él, también fue el padre de mis hijos quien destruyó la otra parte de mí. Más allá de que mis hijos son todo para mí, son mi motor de arranque para seguir.
Hace dos años y medio me pasó algo similar en el trabajo, comuniqué a quien correspondía, pero no obtuve una respuesta favorable para mí. Estos dos años tuve que lidiar con esta situación yendo a trabajar y verlo todos los días con esa impunidad que me volvió más vulnerable y sentir que todo mi pasado volvía a mí.
Hasta que unos dos meses atrás hubo cambio de jefatura. Me inspiró confianza, sentí que podía hablar con ella y así fue, me sentí escuchada por primera vez, me creyó que es lo más importante y me ayudó, hoy puedo ir a trabajar tranquila sin tener que estar cuidándome.
Soy una persona que recupero su confianza en sí misma, esa seguridad que había perdido hace muchos años. Solo puedo decirles que: no se callen, no se rindan, luchen. Yo lo hice y hoy les puedo contar esto que es apenas un resumen de todo lo vivido.
Por eso digo que es fundamental decir, contar a alguien, hablar. Lo más importante es que me di cuenta de que de alguna manera soy poderosa porque el poder más grande que tengo es mi voz. Todos lo tenemos úsenlo.”